Die Reise der Kaffeebohne – Vom Samen bis in deine Tasse - Und warum Kaffee weltweit noch immer viel zu günstig verkauft wird

El viaje del café, De la semilla a tu taza - Y por qué el café en el mundo sigue vendiéndose demasiado barato

Vera Richartz

Cada taza de café cuenta una historia larga y compleja. Desde la siembra hasta la bebida final, pasan años de trabajo, paciencia y dedicación. A pesar de este enorme esfuerzo, el café todavía se comercializa demasiado barato en el mercado mundial. Quienes más sufren no son los consumidores en Europa o Norteamérica, sino las familias productoras en los países de origen que dependen del café para vivir.

En Cofitur queremos visibilizar este viaje y mostrar por qué valorar el café de manera justa no es una opción, sino una responsabilidad.

De la semilla a la planta joven

El café comienza su viaje en viveros, donde crece a partir de una semilla o de un pequeño brote. Después de unos tres meses, las plantas están lo suficientemente fuertes como para ser trasplantadas al campo. Desde ese momento, tarda alrededor de 18 meses en dar las primeras cerezas.

Para los caficultores, esto significa un largo período de espera sin ingresos, pero con inversiones constantes en cuidado, trabajo y recursos. Este esfuerzo rara vez se refleja en los precios del café en el supermercado.

 

Floración y maduración

Para que la planta florezca, necesita un período de estrés hídrico, es decir, una fase sin lluvias. Solo entonces aparecen las delicadas flores blancas. Tras la floración, se requieren unos nueve meses para que las cerezas maduren y pasen del verde a tonos rojos, amarillos o naranjas.

Este largo proceso de maduración es esencial para la calidad, pero también muestra lo exigente y lento que es el cultivo de café.

 

La cosecha – trabajo manual en Colombia

En muchos países – como Brasil – el café ya se cosecha con máquinas. En Colombia, en cambio, esto es casi imposible: las laderas empinadas, las parcelas pequeñas y la gran altitud hacen inviable la mecanización.

Esto significa que cada cereza madura debe recolectarse a mano, una por una. A menudo participan familias enteras, vecinos o trabajadores temporales de la comunidad local. Esta labor manual requiere experiencia y precisión, ya que solo deben recogerse los frutos maduros.

En Colombia, la recolección manual es clave para la calidad, pero también vuelve el proceso mucho más intensivo en trabajo. Y aun así, los precios internacionales rara vez reflejan este esfuerzo. Los recolectores suelen ganar solo una fracción de lo que realmente vale su trabajo.

Pos-cosecha y procesamiento

Después de la recolección, las cerezas se pesan y se sumergen en agua de manantial para eliminar defectos. Luego comienza el procesamiento: algunos cafés fermentan en recipientes sellados o sacos, otros en tanques tradicionales.

En cafés lavados o honey, las cerezas se despulpan, separando la pulpa de la semilla.

  

Secado y selección final

Después del procesamiento, el café se seca en las llamadas marquesinas – estructuras similares a invernaderos, con luz indirecta y buena ventilación. Este secado lento y natural preserva los sabores.

Finalmente, los productores controlan la humedad y vuelven a clasificar los granos a mano. El cultivo de café es trabajo familiar: suelen participar desde los abuelos hasta los niños.

 

Control de calidad y trillado

Antes de que el café salga de la finca, se somete a catación para evaluar su calidad. Cada finca produce un perfil de sabor único, influido por el clima, el suelo y los métodos de cultivo.

En la trilladora, los granos se liberan de la cáscara pergamino y luego se clasifican mecánica y manualmente según tamaño, peso y calidad. Finalmente, se empacan en sacos de yute.

 

Exportación o tostado en origen – dos caminos

Tradicionalmente, el café se exporta como grano verde. La mayor parte del valor agregado – el tostado – ocurre después, principalmente en Europa o Norteamérica.

En Cofitur hacemos las cosas de manera diferente: tostamos nuestro café directamente en Colombia, cerca de las fincas. Esto trae varias ventajas:

  • Más valor se queda en el país de origen, generando empleo y fortaleciendo conocimientos locales.
  • Frescura y calidad: al tostar cerca de la finca, se preservan mejor los sabores únicos.
  • Transparencia: sabes exactamente de dónde proviene tu café y que los productores reciben una parte más justa.
 

Por qué el café sigue siendo demasiado barato

A pesar de todos estos procesos complejos y del enorme trabajo manual, los precios internacionales del café siguen siendo muy bajos y volátiles. Esto significa que muchas familias no logran vivir dignamente de su trabajo.

Claro que existen excepciones: en subastas internacionales – como la celebrada recientemente en Panamá – algunos lotes alcanzan precios récord de miles de dólares por kilo. Pero estos son casos aislados, reservados a unos pocos productores, y representan solo una mínima fracción del mercado global.

Incluso aunque los precios promedio del café hayan subido en los últimos años, la mayoría de caficultores se benefician poco. Los costos crecientes de mano de obra, fertilizantes y transporte suelen absorber esas ganancias de inmediato. En consecuencia, queda muy poco para los productores, y su situación económica apenas mejora.

La realidad es esta: la mayoría de las familias cafeteras siguen vendiendo su cosecha a precios que apenas cubren los costos de producción.

Las consecuencias son graves:

  • Inseguridad: los ingresos a menudo no alcanzan para vivir.
  • Futuro incierto: las nuevas generaciones emigran porque el cultivo de café no ofrece perspectivas.
  • Pérdida de calidad: cuando el precio es demasiado bajo, los productores no pueden invertir en métodos de cultivo sostenibles.

En pocas palabras: el verdadero precio del café barato lo pagan las familias en el origen.

Por qué el café de Cofitur tiene su precio

Nuestro café cuesta más que el de un supermercado – y por buenas razones:

  • Pagamos precios por encima del mercado, para que las familias productoras vivan bien y puedan invertir en sus fincas.
  • Tostamos en origen, de modo que más valor se queda en Colombia.
  • Hacemos transparente el viaje del café, para que los consumidores comprendan lo que realmente hay detrás de cada taza.

Un precio más alto, para nosotros, significa: justo, sostenible y respetuoso.

Conclusión – Cada taza cuenta

El café es mucho más que una bebida. Es sustento para millones de personas, un patrimonio cultural y un verdadero arte. Detrás de cada grano hay familias cuyo trabajo diario suele permanecer invisible.

En Cofitur lo tenemos claro: Tu café merece una historia. Y las personas detrás merecen un precio que valore realmente su trabajo.

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